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Danza Oriental
La Danza Oriental, es un ejercicio suave que fortalece la musculatura dorsal, lumbar, del abdomen, el perineo, los glúteos y los muslos. También trabaja la musculatura torácica, del resto de las piernas, de los brazos, el cuello y hasta la cara. Así pues, como ejercicio en general a nivel muscular es bastante completo, aunque en particular los máximos beneficios siguen estando localizados alrededor de nuestro punto central de gravedad, situado en la parte baja del vientre. Esta particularidad convierte a la Danza Oriental en una preparación ideal para el preparto, el parto y el postparto, e incluso para el climaterio.
Hay quien asocia esta danza incluso con un aumento de la fertilidad. Por supuesto, es una afirmación difícil de comprobar científicamente, pero lo que sí es cierto es que estimula nuestra feminidad, nuestra sensualidad y se encarga de tonificar la musculatura implicada directamente en las relaciones sexuales. Sin duda todo ello propicia la fertilidad, pero si no se está pensando en ser mama, también viene muy bien para simplemente reforzar la calidad de la vida sexual.
Si se enfoca el interés hacia el embarazo, es bueno conocer que el fortalecimiento de la musculatura del abdomen ayuda a sujetar mejor al feto y que junto con la estimulación de los dorsales, los glúteos y la correcta colocación de la cadera que favorece la danza, se ayuda a contrarrestar la tendencia a volcar hacia delante el peso del abdomen, descomprimiendo y ayudando a aliviar la tensión en la zona lumbar durante el embarazo y a la hora del parto.
En cuanto a la musculatura del suelo pélvico, que es la más implicada en el parto, normalmente no la usamos y por ello se atrofia. Con la práctica de este baile dicha musculatura se estimula especialmente, con lo cual adquiere más elasticidad y flexibilidad, favoreciendo a la hora de dar a luz la dilatación y la recuperación del tejido.
Además, el fortalecimiento de la musculatura de la caja torácica ayuda a ganar capacidad respiratoria y como con cualquier ejercicio en el que se utilicen mucho las piernas, también se propicia la reducción de los problemas de varices, trombosis o edemas.
Además, el fortalecimiento de la musculatura de la caja torácica ayuda a ganar capacidad respiratoria y como con cualquier ejercicio en el que se utilicen mucho las piernas, también se propicia la reducción de los problemas de varices, trombosis o edemas.
Sin duda, parece que hemos descubierto una receta fabulosa para una feliz maternidad, pero lo cierto es que solo estamos recuperando un cachito de sabiduría con miles de años de antigüedad. Pues la Danza Oriental nace como un culto, un ritual de fecundidad, prosperidad, sensualidad… Un método de entrenamiento y comunicación entre generaciones de madres e hijas que compartían y veneraban el don de la procreación.
Pero esta danza no es solo una manera de fortalecer los músculos que participan en el parto, también elimina ansiedad y favorece el buen humor. Algo extensible a cualquier mujer, este embarazada o no. Y en el caso de estarlo, puede convertirse en una preciosa experiencia. Ya que durante el embarazo comienzan a desarrollarse los sentidos del bebe, el tacto a través de la piel con la placenta y la madre, la percepción de los sonidos del cuerpo que lo rodea: El latido, la respiración, la circulación sanguínea de la madre… y también los sonidos del exterior. Cuando la mamá baila contribuye a acelerar el desarrollo de los sentidos del bebé. El oído se verá estimulado por la música. El movimiento al compás de la música acunará al bebé, que tendrá una placentera experiencia a través del tacto. Su sentido del equilibrio se verá estimulado, al mismo tiempo irá desarrollando su sentido del ritmo mucho antes de nacer. Y claro está, cuando se estimulan los sentidos se estimula el cerebro. Además, cuando se realiza ejercicio el cerebro segrega endorfinas, las cuales nos hacen sentir bien gracias a sus efectos analgésicos y relajantes, estas pasan a través de la sangre al bebe que también recibirá la sensación de bienestar que la mama experimenta.
Por tanto, disfruta de la danza, de la sensación de mecer a tu hijo como si ya lo llevaras en brazos, acariciándolo, bailando con él. La mamá feliz hace que el bebé sea feliz. En principio, bailar durante el embarazo no tiene contraindicaciones, aunque hay que hacerse una revisión médica y tener en cuenta que la placenta y el feto estén bien agarrados. Si no hay peligro de aborto, no hay ninguna contraindicación.
Por tanto, disfruta de la danza, de la sensación de mecer a tu hijo como si ya lo llevaras en brazos, acariciándolo, bailando con él. La mamá feliz hace que el bebé sea feliz. En principio, bailar durante el embarazo no tiene contraindicaciones, aunque hay que hacerse una revisión médica y tener en cuenta que la placenta y el feto estén bien agarrados. Si no hay peligro de aborto, no hay ninguna contraindicación.
Tras el parto, a nivel físico para la mujer es muy importante conseguir la involución del útero, además de la lactancia materna (La oxitocina que segrega la madre al dar el pecho provoca contracciones que retraen el útero), la danza puede contribuir a seguir manteniendo el tono muscular del abdomen, distendido durante tanto tiempo. Igualmente es muy necesaria la recuperación del suelo pélvico, pues controla los esfínteres y supone el sustento inferior de todos los órganos internos. El fortalecimiento abdominal ayudará a que estos órganos vuelvan a colocarse en su lugar y no estén sometidos a presiones extrañas. Proporcionar un buen sustento a los órganos internos asegurará su correcto funcionamiento.
A nivel psicológico, la nueva madre de repente deja de ser ella misma para volcarse en la maternidad y esto acaba resultando muy estresante. La danza la ayudará a sentirse bella y libre de nuevo. Desviar momentáneamente la concentración a algo externo a su nueva situación, sentir sus músculos estirándose y su cuerpo recuperar su sensualidad, moverse al ritmo de la música, todo esto será un alivio a tanta tensión y le hará sentirse sana y de buen humor. También contribuirá a luchar contra la depresión posparto que algunas mujeres experimentan ayudándole incluso a establecer vínculos personales con otras mujeres en su misma situación.
Pero la Danza Oriental no está restringida solamente al momento de la maternidad, es un ejercicio completo y saludable en cualquier momento de la vida. En ocasiones incluso se habla de esta danza dándole una dimensión terapéutica y espiritual. ¿Qué hay de cierto en ello? En principio es una danza que no requiere esfuerzos violentos, por lo que está indicada para cualquier mujer, sea cual sea su edad y condiciones físicas. Tampoco requiere una estructura corporal determinada como puede pasar por ejemplo con la danza clásica, así que lo pueden practicar mujeres altas, bajas, delgadas, rellenitas, jóvenes, maduras… dando la oportunidad a todas ellas de acceder a una técnica que a la vez que aporta bienestar físico, les ayuda a desbloquear tensiones y emociones, a reconocer su propio cuerpo y a valorarlo, a redescubrir su feminidad aproximándolas a su propia identidad y a compartirlo con otras mujeres, beneficiándose a nivel psicológico de todo lo que ello supone.
La Danza Oriental es salud, diversión, comprensión, aceptación, bienestar, compartir, aprender y enseñar… para cualquier mujer, a cualquier edad y en cualquier momento de su vida.
Dirigido a:
- Mujeres de todas las edades y condiciones físicas que quieran ponerse a punto de una forma divertida.
- Mujeres que quieran prepararse para el embarazo, el parto y aliviar el postparto fortaleciendo la zona abdominal, dorsal, lumbar y el suelo pélvico, a través de un ejercicio distinto y creativo.
- Mujeres embarazadas que quieran vivir una experiencia única de conexión con su bebe en la fase prenatal.
- Mujeres puérperas con sus bebés, que quieran pasar un rato divertido en compañía de sus hijos.
QUIÈN LO IMPARTE
Valeria; Bailarina y profesora de Danza Oriental (Técnica Egipcia)
HORARIO
· Lunes de 11:30 a 13:00
· Lunes de 11:30 a 13:00
· Viernes de 17:00 a 18:30
PRECIO:
30 € si se acude un día a la semana
ó
50 € si se acude dos días a la semana
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